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¿Por qué Cebollitas?
En Argentina hubo durante un par de años un programa de televisión sobre un equipo infantil de fútbol, llamado Cebollitas, creado y producido por Cris Morena, famosa mundialmente por producir programas pedorros para niños, con buena calidad de producción, de prolija factura, altamente comercializables, pero con muy poco vuelo artístico y contenido. El principal producto de Cris es Chiquititas, y el segundo programa de este tipo que creó fue Cebollitas. En el programa, el equipo de fútbol infantil juega un campeonato, y entre partidos y momentos musicales absolutamente obvios, los Cebollitas (que curran descaradamente a aquel equipo infantil en el que jugó Diego Armando Maradona de purrete) terminan la temporada festejando con un regio momento músical el haber salido... ¡SUBCAMPEONES!
Al canto de "Cebollita subcampeón, Cebollita subcampeón", los infantes salían bailando la coreografía absurda en un momento bien bizarro. Una verdadera curiosidad en un país triunfalista como la Argentina, donde nuestro más exitoso entrenador de selecciones dice al aire como verdad fundamental de su vida "lo único que importa es salir campeón, nadie se acuerda del segundo", y donde los derrotados en la elección para presidente caen en absoluta desgracia.
De ahí que, a partir de tan importante momento en la televisión, la palabra Cebollita queda asociada al segundo puesto, aún más que el apellido Reutemann.
En el mundo del fútbol, entanto, un Argentino (para seguir con la contradicción curiosa), se erigió en el entrenador de su país más exitoso en Europa... ¡SALIENDO SEGUNDO! Eso que los argentinos llamamos "pechofriísmo", o sea, arrugar en el momento en que tenés que poner corazón para ganar, eso mismo se le endilgó a Héctor Cúper, subcampeón del Calcio en Italia, dirigiendo al Internazionale de Milán.
Es así como dos símbolos del fracaso ahí de la gloria, Cúper y Cebollitas, se vuelven los estandartes de una federación dentro de Hattrick.(http://www.hattrick.org)
Este Blog es para que los miembros de la Federación Internacional de Cebollitas tengan un sitio de expresión libre y de encuentro, para que nos podamos conocer, divertir, y celebrar del mismo modo que dentro del foro de la federación, porque aún nuestras patéticas campañas de pechofríos merecen que festejemos, y en la derrota también hay que reirse. ¡Qué joder!